El crecimiento económico de España durante la segunda mitad del siglo XX fue una de las modernizaciones más importantes en la historia de este país. Muchos factores contribuyeron a esta transformación, y se pueden identificar varias causas del crecimiento. En primer lugar, el marcado ascenso demográfico que se conoció durante esta época fue la base para el aumento del PIB per cápita. La conquista de la plena inversión extranjera constituyó un impulso significativo para el crecimiento económico, en tanto que aportó un capital, una tecnología y una fuerza laboral extranjera de mayor calidad. Estas inversiones aportaron también un grado de modernización tecnológica insignificante en la década de 1990, y la entrada de divisas fue fundamental para la generación de empleo, así como para la mejora de la productividad.

Otra causa del crecimiento fue el desarrollo del sector servicios en España durante la segunda mitad del siglo XX. Los servicios permitieron el crecimiento de la economía en términos de empleo, productividad y volumen de negocios. El turismo, que comenzó a desarrollarse en España a partir de los años 70 también contribuyó al avance económico. Esta industria ha crecido significativamente, llegando a ser una de las mayores fuentes de ingresos para el país. El comercio internacional también tuvo un papel protagonista en el crecimiento económico español, ya que ha permitido a España obtener mayores ingresos del exterior en forma de inversiones extranjeras, exportaciones y turismo.

La modernización política y económica de la España de los últimos años del siglo XX fue decisiva para el crecimiento económico. La transición de la dictadura a la democracia supuso un cambio significativo en el régimen legal y en el entorno económico. Estas reformas permitieron la entrada de España en la Comunidad Europea y el acercamiento a las normas europeas de libre comercio y competencia. La apertura y liberalización de la economía dio paso a una mayor competitividad y modernización tecnológica, lo que contribuyó a una mejora significativa del crecimiento.

En conclusión, se puede destacar que varios factores contribuyeron al crecimiento económico de España durante la segunda mitad del siglo XX. Estos factores incluyen el aumento de la población, la inversión extranjera, el desarrollo del sector servicios, el progreso del turismo, la modernización del régimen legal y el acercamiento a la normativa europea. Estos factores han sido fundamentales en el avance económico de España, haciendo de este país uno de los líderes de la economía europea durante el siglo pasado.