la idea de que no existe un enfoque único o universal para administrar una organización. En cambio, sostiene que la forma en que se administra una organización debe adaptarse a las circunstancias y condiciones específicas de cada situación.

La teoría de la administración contingencial reconoce que diferentes situaciones requieren diferentes enfoques de administración. Por ejemplo, una organización que opera en un entorno altamente competitivo puede requerir un enfoque de administración más orientado a la innovación y la adaptabilidad, mientras que una organización que opera en un entorno estable y predecible puede requerir un enfoque más estructurado y orientado a la eficiencia.

En resumen, la teoría de la administración contingencial enfatiza la importancia de adaptar la forma de administrar a las circunstancias y condiciones específicas de cada situación, en lugar de seguir un enfoque único o universal.